Cuando los planetas orbitan alrededor
del Sol, los más cercanos se mueven más rápidamente que los que están más
lejos. Mercurio rodea el Sol en tan sólo 80 días terrestres. Si Júpiter viajara
a la misma velocidad tardaría unos 3 años y medio terrestres en completar una
órbita cuando, de hecho, tarda 12 años.
Kepler desarrolló tres leyes del
movimiento planetario. La primera ley de Kepler afirma que los planetas se
mueven en órbitas elípticas con el Sol en uno de los dos focos de la elipse. La
segunda ley describe la velocidad a la que se mueve un planeta alrededor de su
órbita. Debido a que las órbitas son elípticas, cuando el planeta está más
cerca del Sol, debe cubrir una distancia mayor para barrer la misma área que
cuando está más lejos. Por tanto, el planeta se mueve más rápido cuando está
cerca del Sol, que cuando está lejos. La gravedad acelera más el planeta cuando
se acerca más a la masa del Sol.
La tercera ley de Kepler da un paso
más allá y nos dice que los periodos orbitales crecen para elipses de tamaño
creciente. Por tanto, los planetas que están más allá del Sol orbitan más
lentamente que los planetas cercanos. Marte tarda casi dos años terrestres en
dar la vuelta al Sol, Saturno, 29 años y Neptuno, 165 años.
Con estas tres leyes Kepler consiguió
describir las órbitas de todos los planetas de nuestro sistema solar. Sus leyes
se aplican también a cualquier cuerpo que orbita alrededor de otro, desde
cometas, asteroides y lunas en nuestro sistema solar, a planetas alrededor de
otras estrellas e, incluso, a satélites artificiales que pasa zumbando
alrededor de la Tierra.
Kepler consiguió unificar los
principios en leyes geométricas, pero desconocía qué causaba estas leyes. Creía
que surgían a partir de los patrones geométricos subyacentes de la naturaleza.
Más adelante, Newton se ocupó de unificar estas leyes en una teoría universal
de la gravedad.
50 Cosas que hay que saber sobre el Universo. Joanne Baker. (16 - 19)